Euronews | 20 Enero 2024
"El dinero crece en los árboles": Para estos inversores el campo europeo sí es negocio
Mientras los agricultores protestan en toda Europa incapaces de mantenerse a flote por los altos costes y la competencia exterior, los inversores del 'agribusiness' siguen aumentando sus posiciones en el sector agrícola español y europeo.
Por Jaime Velazquez
El campo europeo se ha convertido en uno de los sectores más dinámicos y rentables del continente para fondos de inversión y grandes empresas del 'Agribusiness'.
Con rentabilidades superiores al 15%, los inversores han encontrado en la agricultura un valor refugio a salvo de las incertidumbres económicas y geopolíticas que sacuden el mundo desde la pandemia de COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y la disrupción de las rutas de comercio global.
Mientras continuan las protestas de los granjeros en toda Europa, Carlos Fernández, agricultor en Seseña (Toledo) no alcanza a entender quién puede estar interesado en adquirir las tierras de sus vecinos.
“Es como la mano negra. Con toda esta tormenta perfecta, que estamos aburridos de nuestra falta de rentabilidad y liquidez, que estamos en la ruina, vienen fondos de inversión con mucha capacidad económica, que lo poco rentable que tú ves el campo ellos lo ven como un negocio”. explicó el agricultor a Euronews.
Los grandes inversores han encontrado en las propiedades agrarias un activo a prueba de crisis: se calcula que la producción de alimentos tendrá que crecer entre un 60% y un 70% para poder alimentar a la población mundial de aquí a 2050. El suelo rústico es el activo más resiliente. ¿Por qué? Porque todos tenemos que comer -Regino Coca - Fundador de Cocampo
“Con las sucesivas crisis financieras y políticas, e incluso guerras, el suelo rústico es el activo más resiliente; el que mejor consigue mantener su valor. ¿Por qué? Porque todos tenemos que comer”, explicó a Euronews Regino Coca, fundador de Cocampo, una empresa especializada en propiedades agrarias en España con más 3.500 millones de euros en fincas a la venta.
En el mundo operan unos 950 fondos de inversión dedicados a la alimentación y la agricultura que manejan 150.000 millones de euros en activos. De las 32 grandes operaciones registradas en el sector por la consultora especializada Valoral en los últimos años, el 40% tuvo como destino Europa y más de la mitad consistieron en la adquisición de tierras de cultivo.
La disrupción de las cadenas globales de suministro está atrayendo las inversiones y la producción a entornos más cercanos a mercados maduros y estables como Europa o Estados Unidos cuyos consumidores cuentan con un mayor poder adquisitivo.
“En el caso de la agricultura y la ganadería, muchos productos son frescos, son de cercanía y demandamos que se produzcan cerca de nosotros, Entonces eso determina dónde se realizan las inversiones”, apuntó Regino Coca.
¿Quiénes son los nuevos actores del campo europeo?
En los últimos años, el sector del 'agribusiness' en Europa ha sido testigo de transacciones significativas protagonizadas por destacadas firmas de gestión de activos, según recoge la consultora Valoral.
En mayo de 2023, la empresa británica M&G adquirió una participación por un valor de 150 millones de euros en Regenerate Asset Management, un fondo especializado en abordar los desafíos relacionados con el clima en la cadena de valor agroalimentaria.
De manera similar, el gestor de activos belga Incofin aseguró capital para su crecimiento en abril de 2023, con el respaldo de Degroof Petercam Asset Management y Korys, fortaleciendo su capacidad para respaldar iniciativas sostenibles en el sector del 'agrifood'.
Otra transacción destacada ocurrió en diciembre de 2022, cuando BNP Paribas Asset Management adquirió una participación mayoritaria en International Woodland Company (IWC), una especialista danesa en recursos naturales.
Además, en octubre de 2022, el Grupo español Azora adquirió una participación del 33% en Iberian Smart Financial Agro (ISFA Gestion), que espera alcanzar las 10.000 hectáreas de cultivo de almendros en la península ibérica.
Según los datos de la consultora CBRE, en 2022 en Iberia el volumen total de transacciones realizadas por inversores institucionales en el sector fue superior a los 1.000 millones de euros, un 20% más que los 800 millones invertidos en 2021.
Otros actores destacados en el panorama ibérico son Bolschare y Elaia, del grupo Atitlán en el cultivo de pistacho, almendro y aguacate, o la multinacional Citri&Co, dedicada a las frutas y cítricos con más de 900 hectáreas productivas en España.
Según el último informe Estructura del Suelo Rústico de Cocampo, de enero a noviembre de 2023, se transmitieron 412.269 fincas rústicas en España, de las cuales 138.000 fueron operaciones de compraventa.
“En el campo español siguen invirtiendo los agricultores y ganaderos de toda la vida. Lo que ocurre es que lo realizan en operaciones más pequeñas donde tienen muy poca notoriedad. Después estarían los inversores institucionales, donde entramos en el mundo de los family office o los grandes terratenientes, y habría un siguiente grupo, que son los fondos de inversión”, explicó Regino Coca.
Ganadores y perdedores de la transformación agraria
En la actualidad, el 93,8% de los propietarios de explotaciones en España son personas físicas y el 6,2% personas jurídicas -sociedades mercantiles, cooperativas de producción y entidades públicas-.
Sin embargo, “en la próxima década, la propiedad de la tierra experimentará una reconfiguración significativa, en la que coexistirán unas pocas grandes corporaciones con agricultores, ganaderos y propietarios de fincas de recreo o turísticas”, recoge el informe de Cocampo.
“Los primeros estarán especializados en determinadas producciones agrícolas, ganaderas y de sostenibilidad, como las energías renovables o la captura de CO2. Estas grandes corporaciones concentrarán tierra para tener explotaciones más grandes y con mayores economías de escala”.
Mientras los pequeños y medianos agricultores se enfrentan a los desafíos derivados de los altos costos de producción y la falta de rentabilidad, los grandes actores del 'agribusiness' han sabido adaptarse a las nuevas tendencias del sector gracias a las economías de escala, la eficiencia y la sostenibilidad y la adopción de nuevas tecnologías.
En España, el grueso de la producción está concentrada en 78.000 productores que cosechan el 72% del valor de producción, mientras que otros 583.000 agricultores tan solo obtienen el 3% de los beneficios, según recoge un estudio de la consultora Armanext.
“Antes un agricultor podía vivir con diez, 20 o 30 hectáreas. Hoy en día, para que con estos cultivos se puedan obtener beneficios es necesario inversiones o superficies superiores a las 100 hectáreas o las 150 hectáreas e invertir en la maquinaria. Eso está dificultando realmente la labor del pequeño y mediano agricultor y ganadero”, explicó a Euronews Coca.
“Cuando hablamos de la rentabilidad del campo, la inversión en España es rentable dependiendo de los cultivos y de las superficies. La mecanización y las economías de escalas están determinando la rentabilidad”, añadió el fundador de Cocampo.
Relevo generacional
En un panorama donde el 40% de los agricultores tiene más de 65 años y donde casi la mitad de las transacciones anuales corresponden a herencias, los inversores encuentran una oportunidad para la adquisición de tierras de cultivo.
“Ahora mismo, el 41,3% de los propietarios de fincas rústicas en España son mayores de 65 años. Son agricultores y ganaderos en sus últimos años de vida laboral que no están en la disposición de llevar a cabo las inversiones necesarias en ampliar la superficie de explotación y la inversión en maquinaria necesaria para poder optimizar el cultivo. Sin embargo, con quienes compiten sí que pueden hacerlo”.
El 41,3% de los propietarios de fincas rústicas en España son mayores de 65 años -
Regino Coca. Los sindicatos agrarios han alertado de las consecuencias de los cambios en la estructura de la propiedad que, a su juicio, “no genera tejido social, ni el mantenimiento de la población rural y del medio ambiente y puede acabar con la desaparición del modelo social y profesional de agricultura”, explica COAG en su informe ‘La uberización del campo español’.
Las plataformas del sector reclaman potenciar las cooperativas agrariasque unan a los agricultores para que tengan fuerza ante otros operadores, sean capaces de afrontar las inversiones y cuenten con las extensiones necesarias para competir en el sector.
Pero sobre todo, reclaman políticas que garanticen el relevo generacional en las explotaciones para que los jóvenes agricultores se incorporen al campo.
“Los fondos de inversión y las empresas del sector agroalimentario están comprando a agricultores pequeños y medianos. Pero también nos encontramos con que existen agricultores de esos que podemos considerar tradicionales, que no están en esa franja más elevada de edad, y que también están llevando a cabo inversiones”, explicó Regino Coca.
“No creo que debamos tenerle miedo al progreso y al avance, pero sí creo que tiene que existir un relevo generacional controlado, fomentado por el Gobierno, con seguimiento, con una atención especial a qué queremos hacer del campo. Porque el campo nos da de comer y es parte de nuestro patrimonio y de nuestra cultura”, concluyó Coca.