¿Inversión responsable en tierras agrícolas? Los actuales esfuerzos para regular el acaparamiento de tierras agravarán las situación

21 agosto 2012, GRAIN

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Pancarta creada por las comunidades de Grand Cape Mount, Liberia, en protesta por la pérdida de sus tierras tradicionales por parte de Sime Darby sin su consentimiento libre, previo e informado. Foto: Justin Kenrick, 2012.
Desde el Banco Mundial hasta los fondos de pensión, se están realizando esfuerzos para regular el acaparamiento de tierras creando códigos y estándares. La idea es distinguir las adquisiciones de tierras que cumplen ciertos criterios y que debieran ser llamadas de manera positiva "inversiones", de aquéllas que no los cumplen y que pueden seguir siendo estigmatizados como "acaparamientos" de tierra. Hasta ahora, eran sobre todo agencias internacionales las que estaban tratando de hacer esto. Pero actualmente el sector privado se está involucrando a fondo para establecer sus propias reglas del juego. De cualquier forma, el resultado neto es una autorregulación voluntaria, la cual es ineficaz y poco fiable, y  no es remedio alguno contra la perversidad de estos negocios. Más que ayudar a las élites financieras y corporativas a "invertir responsablemente", lo que necesitamos es que dejen de acaparar tierras y que restituyan lo acaparado. Sólo entonces será posible fortalecer y apoyar a los productores rurales en sus propios territorios y comunidades. Los objetivos de los inversionistas y de las comunidades son totalmente incompatibles. En este artículo, GRAIN entrega una rápida puesta al día acerca de lo que está aconteciendo.

La actual ola de acaparamiento de tierras que afecta a muchas áreas del mundo es ampliamente reconocida como una realidad incuestionable y una amenaza importante. Hay pruebas documentadas de la existencia de cientos de acuerdos comerciales realizados en los últimos años, en diversos sectores, desde el forestal y minero hasta el aceite de palma y la producción porcina. Los cálculos publicados acerca de cuánta tierra implican, van de 80 millones de hectáreas hasta la impresionante cifra de 227 millones. Y los relatos acerca de despojos, violencia, muerte y asaltos étnicos asociados con estos arreglos comerciales han estado creciendo en forma sostenida. Sin embargo, la principal discusión política de quienes están en el poder no es cómo detener el acaparamiento de tierras sino cómo hacerlo funcionar.

Las agencias internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Banco Mundial o la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), están realmente preocupadas por las consecuencias negativas de lo que prefieren llamar adquisiciones de tierras a gran escala. Pero el papel que se asignan a sí mismas es el de aprovechar este dinero en nombre del añejo dogma del desarrollo —la creencia de que la inversión extranjera conduce al crecimiento económico que necesariamente derramará para todos. Sus esfuerzos se centran en crear reglas voluntarias que los gobiernos o las compañías pueden usar para disciplinar y encaminar las adquisiciones de tierra.

No vemos que los presidentes Sirleaf de Liberia, Omar al-Bashir de Sudán, Cristina Fernández de Argentina o Viktor Yanukovych de Ucrania estén pidiendo ayuda a gritos a la comunidad internacional para que los ayuden a detener el acaparamiento de tierras. Al contrario, la mayoría de los gobiernos quieren los contratos, los están firmando, y a menudo reprimen a las comunidades que se alzan y resisten la expulsión, o a quienes se quejan públicamente de los bajos salarios o de perder las tierras de pastoreo para su ganado. Es en pocos países que los legisladores, las cortes o los funcionarios administrativos y los partidos políticos estén tratando de establecer algunos límites básicos a la adquisición de tierras agrícolas ante el creciente interés de los inversionistas extranjeros.1

Mientras tanto, inversionistas del sector privado, como los fondos de pensión y los grupos de capitales privados, llevan la delantera y están organizando sus propios estándares para la adquisición de tierras agrícolas. Quieren protegerse de las críticas ofreciendo guías para que haya prácticas "responsables" en las inversiones de tierras agrícolas. Tales instrumentos de inversión responsable, sean códigos, principios o guías, están muy centrados en la protección monetaria de las inversiones. Están diseñados de modo semejante a las pólizas de seguros para brindar ciertas garantías de que se logrará algún monto de dividendos financieros. Esto puede ser muy importante para los inversionistas institucionales, como los fondos de pensión, que tienen una obligación fiduciaria que desempeñar.

Es claro que en los círculos del poder hay el impulso de aceptar el acaparamiento de tierras y convertirlo en algo más aceptable mediante reglas, regulaciones, marcos políticos o lineamientos, a pesar de que las organizaciones, los movimientos campesinos y los pueblos indígenas de las áreas afectadas exijan ponerle fin al acaparamiento de la tierra.

¿Qué pasa en el Banco Mundial?

Cuando la oleada actual de acaparamientos masivos de tierra se convirtió en una clara tendencia en 2008-2009, el Banco Mundial entró en acción y propuso un programa muy ambicioso para facilitar su aceptación como una práctica legítima de negocios. En la iniciativa, se propuso un conjunto de siete "principios" —con el propósito de delimitar lo que podría entenderse y aceptarse como inversiones "responsables" en tierras agrícolas— y una nueva arquitectura institucional, independiente del Banco, que calificaría y certificaría estas inversiones con un "sello".2 Los siete principios para una inversión agrícola responsable (IAR) fueron, posteriormente, patrocinados en conjunto entre la FAO, UNCTAD y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA). Pero tales principios fueron tajantemente rechazados por la sociedad civil —desde organizaciones de pequeños agricultores de Japón hasta grupos de mujeres en Senegal— por considerar que legitiman los acaparamientos de tierra.3 Fueron incluso criticados dentro de los círculos oficiales como autoritarios o impuestos.4 Poco después, el resto del programa del Banco Mundial fue reducido levemente.

Según Graham Dixie, quien recientemente reemplazó a John Lamb como líder del equipo de agronegocios del Banco, inicialmente el Banco iba a realizar un "ensayo piloto" de los principios IAR mediante seis estudios de casos.5 Esto significaría hacer ensayos de implementación de los principios para aprender lo que funciona y lo que no funciona, cómo se logra que los principios se respeten, qué ajustes son necesarios, etcétera. Dixie señaló que desecharon este enfoque debido a que tomaría demasiado tiempo y no había certeza de que los proyectos seleccionados serían llevados a cabo. En lugar de esto, el Banco está ahora "reajustando" los principios IAR a los contratos existentes de inversión en tierra a gran escala. Reajustar significa revisar si los proyectos existentes cumplen los principios IAR y cómo lo hacen. Serán seleccionados unos 40 proyectos iniciales —de plantaciones a gran escala de tipo estatal a sistemas de subcontratación—, un tercio de ellos en Asia y dos tercios en África. Se entrevistará a los inversionistas y a las comunidades involucradas en los proyectos con el fin de quedarse solamente con 15 casos para una revisión más profunda. (Ver Gráfica 1.6) . El gobierno de Japón está proporcionando fondos para este trabajo y la UNCTAD ayudará con alguna parte de esto. La revisión de los 40 casos tendrá lugar a partir de agosto-septiembre 2012 y los resultados finales del estudio a fondo de los 15 casos se concluirán en mayo 2013. La forma de entender el funcionamiento operacional de los principios IAR se muestra en la Gráfica 2.7

Gráfica 1: Finalizando los principios IAR


Gráfica 2: Hacia un funcionamiento operacional de los principios IAR

La iniciativa IAR del Banco puede ser menos ambiciosa de lo que fue el plan original, pero todavía es un serio intento por validar los negocios de tierras que el Banco quisiera ver respaldados. Esto vuelve los principios IAR (o PRAI como se les llamó en algún momento), algo muy peligroso, dada la participación del Banco en el acaparamiento de tierras. El Banco Mundial, en su totalidad —el Banco en sí, la Corporación Financiera Internacional y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI)— está directamente involucrado (ya sea a través de préstamos, productos de renta variable, seguros sobre riesgo político u otros) en numerosos proyectos de agronegocios que implican la transferencia del control sobre las tierras agrícolas .8 Lo mismo es cierto, de otras formas, para los socios del Banco en la promoción de los principios IAR, es decir, la UNCTAD, el FIDA y la FAO.

Recuadro 1: "Creo que estamos protegidos"

Justin Rowlatt de la BBC World Service entrevistó al empresario de Estados Unidos Neil Crowder, de Chayton Capital, sobre su agronegocio en Zambia en marzo 2012. He aquí un extracto:

JR: ¿Y si el gobierno cae? Esto vuelve a lo que estaba diciendo antes. La propiedad de la tierra es absolutamente central en todas las sociedades. Si usted tiene una empresa extranjera de capital de riesgo que posee grandes extensiones de su país, usted corre el riesgo de ser objeto de ataques si es que hay algún malestar políticamente, ¿o no?
NC: Potencialmente. Creo que esto varía de país en país.
JR: ¿Pero cómo contrarresta el riesgo político? Porque los inversionistas deben preguntarle sobre eso.
NC: Tenemos un enfoque muy específico: trabajamos con el Banco Mundial. El Banco Mundial ha respaldado nuestro capitales ante el riesgo potencial.
JR: Espere un momento. ¿El Banco Mundial les ha dado algún tipo de seguro ante los cambios de gobierno o ante cambios en las actitudes hacia ustedes?
NC: Correcto. Tenemos un acuerdo relativamente único con el Banco Mundial: nosotros pagamos una prima por seguro y ellos nos dan garantías contra la expropiación.
JR: ¡Estoy algo sorprendido de que el Banco Mundial ofrezca estas pólizas de seguros!
NC: No, porque lo que estamos haciendo es muy —hay un gran impacto al desarrollo en lo que estamos haciendo.
JR: Espere. Volviendo a esta garantía que le ofrece el Banco Mundial, este tipo de seguro: esto significa que, en cierto sentido, no hay riesgo (risas) asociado a su negocio en Zambia.
NC: Hay todo tipo de riesgos con las inversiones. Tratamos de mitigarlos tanto como podamos. Mi propia visión en Zambia es que no necesitamos el seguro. Hemos sido muy …
JR: ¡Pero ustedes pagan por él!
NC: Debemos pagarlo. Y la razón por la cual lo hacemos es porque nuestros inversionistas se preocupan.
JR: OK, bien, déjeme plantearle un escenario. Digamos que hay algún tipo de sequía y los alimentos escasean en Zambia y su eficiente finca aún sigue produciendo. ¿Qué pasa entonces? Porque es seguro que el gobierno va a querer su producción de alimentos para distribuirla a la población. ¿Qué hacen ustedes en ese tipo de situación?
NC: Nuevamente, nuestro seguro de riesgo político nos protege de los disturbios civiles, de la imposibilidad de utilizar los capitales (por cualquier razón) y de la expropiación. Así que pienso que estamos protegidos.
JR: ¡Oiga, también quiero este seguro! ¿Dónde firmo?
NC: Estamos muy complacidos con el Banco Mundial y su participación. No es fácil conseguirla.

Fuente: Out of Africa? BBC World Service, 23 de marzo 2012. Ver http://farmlandgrab.org/post/view/20224

FAO: nivelando el campo de juego

La Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) ha estado en apuros por la tendencia actual de acaparamiento de tierras desde que se hizo evidente en 2008. Jacques Diouf, el director general de entonces, advirtió sobre el "neo-colonialismo" mientras sus funcionarios intentaban contener los daños. Desde el inicio la FAO ha tenido que caminar en la cuerda floja, no sólo por el lenguaje directo utilizado para describir lo que estaba ocurriendo (acaparamiento de tierras), sino debido a lo delicado de que estén involucrados financiadores importantes de la FAO, como el gobierno de Arabia Saudita. Hasta ahora la respuesta de la FAO ha sido una actitud de "laissez-faire". Se unió al Banco Mundial, FIDA y UNCTAD, aprobando los principios IAR y realizó un número de consultas y conferencias donde el tema fue analizado y discutido, a menudo presentándolo como "oportunidad de desarrollo". Recientemente el Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial (conocida como CFS por sus siglas en inglés), que depende de la FAO, abordó el tema con participación directa de la sociedad civil.

El CFS, aclamado como una plataforma donde varios actores —gobierno, sociedad civil y el sector privado— tienen un puesto en la mesa para discutir los temas claves que afectan la seguridad alimentaria mundial, asumió por primera vez el problema del acaparamiento de tierras dentro del contexto de las Directrices Voluntarias sobre la gobernanza de la tenencia de tierras.9 Las directrices fueron adoptadas en mayo de 2012, después de un proceso de tres años de consultas desde las bases; tienen por objetivo ser guías, sobre todo para los gobiernos, en torno a cómo mejorar el desarrollo y la implementación de los derechos agrarios y de los sistemas de gobernabilidad de la tenencia de la tierra. Se les reconoce el mérito de haber sido consensuadas en acuerdo internacional ( de los gobiernos) y de poner énfasis en los derechos y necesidades de las personas "marginadas" (mujeres, pueblos indígenas y pobres según el lenguaje diplomático).

Pero estas directrices son, finalmente, sólo voluntarias —y hay quien las considera alejadas de la realidad. Hay otros que hacen notar que no es realista esperar que gobiernos corruptos o Estados disfuncionales realmente implementen este código. Aun en un país como Liberia, dirigido por una aclamada Premio Nobel de la Paz, es público que la presidenta amenazó a las comunidades locales que no aceptaron la decisión de su gobierno de entregar 300 mil hectáreas a Sim Darby de Malasia, para establecer una plantación de palma aceitera.10 Sin embargo, grupos de la sociedad civil que participaron en el desarrollo de las directrices, sienten que realmente incumbe a las distintas partes presionar para que se implementen.

Las Directrices Voluntarias tienen un capítulo sobre "inversión" que está casi totalmente dedicado a las "inversiones agrarias responsables". Este capítulo no intenta detener el acaparamiento de tierras. En cambio, describe con claridad la manera en que tales negocios "deberían" llevarse a cabo para causar el menor daño. Sólo hay una instancia en que los Estados son invitados a "estudiar el fomento de una serie de modelos de producción e inversión que no resulten en la transferencia masiva de derechos de tenencia a los inversionistas." (Artículo 12.6). Esto es el grado máximo de anti-acaparamiento al que llegan las Directrices Voluntarias, lo que es un problema, ya que las directrices están siendo usadas ahora como un precedente o punto de partida para nuevas políticas agrarias.

El CFS emprende ahora otro proceso de consulta sobre "inversión responsable en agricultura".11 Los grupos de la sociedad civil que participan en este proceso han exigido que la discusión se centre en "los principios iar" con minúsculas y no en las directrices IAR (con mayúsculas) asociadas con el Banco Mundial. Se espera que la consulta sea iniciada por el CFS en noviembre de 2012, para concluir en el siguiente encuentro del CFS, en octubre de 2013. Grupos de la sociedad civil se están incorporando al proceso, centrando la discusión para que por fuerza aborde la inversión que realizan los campesinos y los productores de alimentos en pequeña escala —no los capitales financieros y las corporaciones. Aunque nadie puede predecir el resultado, es claro que este enfoque pone en la mesa lo que realmente es necesario a modo de inversión: promover la soberanía alimentaria más que seguir tratando de hacer "responsable" el acaparamiento de tierras y el modelo industrial que lo acompaña.

Recuadro 2: Iniciativas y actores clave en la promoción del acaparamiento de tierra "responsable"12

Marcos de referencia, directrices voluntarias y códigos de conducta, elaboradas (o en proceso de elaboración) por agencias y foros multilaterales:

G8G20African Union Framework and Guidelines on Land Policy in Africa (Marco de referencia y Directrices de la Unión Africana sobre Políticas de Tierra en África) ▪ AU Declaration on Land Issues and Challenges in Africa (Declaración de la Unión Africana sobre Cuestiones de Tierras y Desafíos en África) ▪ UN Special Rapporteur on the Right to Food Set of Minimum Principles for Land Investments (Conjunto Mínimo de Principios para Inversión en Tierras del Relator Especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentacion) ▪ Committee on Food Security Voluntary Guidelines on the Responsible Governance of Tenure (Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza de la Tenencia de la Tierra del Comité de Seguridad Alimentaria, Capítulo 12: Inversiones) ▪ Banco Mundial, CNUCED, FAO y FIDAAPECPan-African Parliament (Parlamento Pan Africano)

Políticas e instrumentos corporativos internos, y servicios de asesorías de apoyo:

UN PRIPrinciples for Responsible Investment in Farmland (Principios para la Inversión Responsable en Tierras Agrícolas)▪ African Agriculture Fund (Fondo para la Agricultura en Africa)▪ IHRB draft guidelines on a rights-based approach to business land acquisition and use (Borrador del Instituto de Derechos Humanos y Negocios de directrices para un abordaje de negocios de adquisición y uso de tierras) basado en derechos ▪ IFC Performance Standard 5 on Land Acquistion and Involuntary Resettlement (Norma de desempeño 5 de la Corporación Financiera Internacional sobre Adquisición de Tierras y Reasentamiento Involuntario )▪ SustainalyticsInterfaith Center on Corporate Resposibility Recommended Guidelines for Responsible Farmland Investment (Centro Intercredos sobre Responsabilidad Corporativa – Recomendación de Directrices Para la Inversión Responsable en Tierras Agrícolas) además los numerosos fondos y firmas de inversión que participan directamente en la adquisición de tierras que no ponen sus políticas e instrumentos de "inversión responsable" en el dominio público.

 

Inversionistas en tierras agrícolas reunidos en el lujoso Waldorf Astoria en Nueva York, abril 2012

Inversionistas en tierras agrícolas reunidos en el lujoso Waldorf Astoria en Nueva York, abril 2012

Las empresas fijan sus propias reglas

La gran mayoría de los flujos de capital que van a parar a las transacciones de tierras agrícolas a gran escala, se mueven a través de canales privados. En ausencia de políticas públicas fuertes que pudieran intervenir para detenerlo o contenerlo, el sector privado se anticipa respondiendo a sus propias necesidades de regulación, sin vigilancia pública.

La clave para la industria es la autoregulación voluntaria y crea y pone en funcionamiento muchos instrumentos, servicios de asesoría, grupos y mecanismos de apoyo. Las inversiones socialmente responsables son un inmenso negocio, en y por sí mismo.13 Se calcula que actualmente puede llegar a 3 billones de dólares en términos de los capitales bajo administrados.14 Cualquiera que sea su alcance, las empresas están haciendo esfuerzos para convencerse a sí mismas, unas a otras, a los reguladores, a los comerciantes y al público que sus operaciones no provocan daño alguno.

A nivel internacional, la comunidad empresarial se ha unido en torno a dos procesos generales —el Pacto Global y los Principios para la Inversión Responsable (PRI, por sus siglas en inglés), ambos de las Naciones Unidas, para establecer los estándares de buen comportamiento corporativo. Tanto el Pacto como el PRI de las Naciones Unidas son cuerpos de membresía y requieren la adhesión a ciertas normas. Pero las normas son voluntarias y Naciones Unidas no tiene medios para hacerlas cumplir. De hecho, el año pasado el Pacto tuvo que expulsar a 2 mil de sus miembros cuando se revisó quién estaba aplicando los estándares de buen comportamiento empresarial que propugna y quién no (ver recuadro). Los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, las naciones más ricas del planeta, también tienen sus propias Directrices para Empresas Multinacionales de la OCDE, las cuales también son voluntarias e inofensivas y promueven con fuerza la autorregulación empresarial.15

Recuadro 3: Armas de engaño masivo

No hay consenso acerca de qué constituye una inversión responsable, cómo puede ser monitoreada, cómo se debe hacer cumplir, etcétera. Para algunos, sólo con cumplir las leyes nacionales ya es una "inversión responsable". Por lo tanto, cualquier cifra acerca del tamaño de las inversiones clasificadas como responsables o éticas debe ser vista con cautela. Pero ahora existe toda una industria en torno a esto. En los primeros años, mucho del ímpetu provino de los grupos radicados en Estados Unidos que urgían a las empresas a retirarse de Sudáfrica, de la industria de diamantes de sangre y de las fábricas textiles sobrexplotadoras. Por consiguiente nació la responsabilidad social empresarial o "RSE". Para 2005, el enfoque más popular para lo que se llamaba entonces inversión socialmente responsable ("SRI" por sus siglas en inglés) entre las instituciones de inversión europeas, era excluir a las compañías involucradas en la fabricación de armamento. Campañas realizadas por grupos de la sociedad civil, llevaron a países como Bélgica, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Nueva Zelandia a prohibir la inversión en producción de bombas de fragmentación, al mismo tiempo que algunos fondos de pensión de Irlanda, Nueva Zelandia, Noruega y Suecia retiraron o prohibieron este tipo de inversiones. Más recientemente, en Holanda el parlamento y el gabinete redactaron y aprobaron una ley que impide que los fondos de pensión holandeses inviertan en compañías involucradas en municiones de fragmentación. A pesar de esto, en marzo de 2012, el Bundestag alemán encontró que nueve de los diez fondos de inversión en Alemania estaban comprometidos con firmas asociadas con la fabricación de armas, ¡incluyendo la producción de armas nucleares! ¿Entonces cuán confiables pueden ser estas medidas éticas para la inversión?

De manera semejante, el Pacto Global de las Naciones Unidad fue puesto en marcha en el año 2000 como un conjunto de principios con los que las empresas debían alinearse para asegurar que sus prácticas y operaciones en el mundo respetaban los derechos humanos, los derechos laborales, el medioambiente y la necesidad de acabar con la corrupción. El año pasado, las Naciones Unidas anunció que había eliminado más de 2 mil empresas —desde Allianz en Francia al banco Barclay's Bank en Gambia— que habían firmado el acuerdo pero nunca lo implementaron. Eso fue más de una cuarta parte de su membresía.

Con la reciente cumbre Río+20, el compromiso del sector empresarial hacia lo que hoy es conocido por inversión "consciente con asuntos del ambiente, lo social y la gobernanza" ("ESG" en lenguaje corporativo) fue remodelado para sacar provecho de las oportunidades de financiamiento masivas que se están creando en torno al clima, la energía y las iniciativas del mercado de carbono. Nada sugiere que estos compromisos irán más allá de ser estándares internos y voluntarios.

En el área de los negocios en tierras agrícolas, un abanico de herramientas del sector privado ha sido creado. Por ejemplo:

• La Corporación Financiera Internacional tiene sus propios "estándares de desempeño" con respecto a la adquisición de tierras, que dan forma a su participación financiera en los negocios de tierras o en apoyo a éstos. Tales estándares fueron revisados en enero de 2012.

• En septiembre de 2011, casi una docena de grandes inversionistas institucionales, principalmente fondos de pensiones, se reunieron bajo el auspicio de los PRI de las Naciones Unidas para construir y promover un conjunto de Principios para la Inversión Responsable en Tierras Agrícolas. Esta iniciativa envió un importante mensaje. Mostró, por un lado, que el sector privado no esperará a los gobiernos para consultar y organizar marcos de referencia consensuados para los negocios de tierra de gran escala. Lo más importante es que mostró que el sector privado no necesita que los gobiernos lleguen con marcos de referencia grandilocuentes, porque las compañías, claramente, son capaces de organizarse y, en este caso, de regularse a sí mismas. Podemos no estar de acuerdo con este enfoque, pero es un hecho que las compañías están estableciendo sus propios estándares para la inversión responsable en esta área. El TIAA-CREF, uno de los líderes de la inversión global en tierras agrícolas dentro de la industria de los fondos de pensión, publicará, en 2012, un primer "informe de sustentabilidad" para sus propios activos de tierras agrícolas. Esto significa una auto evaluación o informe interno, con propósitos de relaciones públicas, sobre cómo se cumplen sus propios estándares de desempeño acerca de la llamada inversión socialmente responsable.

• Una serie de grupos asesores y firmas consultoras están atentos a las necesidades corporativas y preparan instrumentos para darle forma a la inversión global en tierras agrícolas. El Institute for Human Rights and Business es uno de estos equipos que está profundamente comprometido en los sondeos y estudios para promover la inversión responsable en tierras agrícolas. Determinó que el acaparamiento de la tierra (y el agua) sería uno de los diez principales temas de derechos comerciales y humanos en 2012 y se embarcó en un largo proceso para consultar a los interesados y preparar un conjunto de prácticas —más allá de los principios— para la inversión en tierras agrícolas del sector privado. Se espera que este proceso se complete hacia finales del año. Queda claro que el Instituto no tiene medios para hacer cumplir ningún estándar, pero los define y los promueve.16

El Recuadro 2 entrega enlaces directos a estas y otras iniciativas similares.

Un representante de Amundi Asset Management, el tercer administrador de activos más grande de Europa, explicó a GRAIN que no hay definición de inversión sustentable o responsable, al menos, no en la Unión Europea.17 Como tal, no hay regulación externa, lo que significa que no hay una real rendición de cuentas públicas y hay un alto grado de falta de confiabilidad.18

La naturaleza privada de las directrices sobre inversión en tierras también implica que las compañías pueden asumir estos estándares como información privada de las empresas. En algunos casos, las compañías involucradas en la administración de negocios de tierras no revelarán al público sus estándares de inversión responsable o sus códigos de conducta para la adquisición a gran escala de tierras; sólo informarán a sus propios inversionistas. Éste es el caso de Phatisa, una firma de capital privado registrada en Mauricio, pero que opera desde Sudáfrica, que administra el African Agriculture Fund en nombre de la Agencia Francesa de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo, el Development Bank, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y otros.19 Irónicamente, se espera que la mayoría de los principios de "inversión sustentable en tierras agrícolas" confieran máxima prioridad a la transparencia, especialmente a la transparencia hacia las comunidades afectadas por los negocios. ¿Cómo puede un inversionista practicar la transparencia si los estándares no son transparentes?

Toda la tendencia a la auto-regulación entre las firmas involucradas en el acaparamiento de tierras, no es simplemente una herramienta de mercadotecnia. Es un negocio lucrativo en sí mismo. Se supone que la inversión socialmente responsable agrega valor a las inversiones debido a que establece una promesa de buen comportamiento, con la intención de generar resultados más amplios que el cumplimiento de una línea base. Una gran cantidad de recursos van a parar a la creación y despliegue de estos estándares. Las ciudades europeas incluso compiten para entregar un domicilio atractivo para los fondos de inversión responsable porque negocios globales de 30 billones de dólares y más pueden, claramente, proporcionar ingresos locales.20 ¿Pero quién se beneficia de ellos realmente?

Recuadro 4: ¿Cuáles estándares?

La firma suiza Addax Energy tiene un enorme proyecto, muy controvertido, para producir caña de azúcar en 10 mil hectáreas de tierras que adquirió mediante un contrato de arriendo en Sierra Leona. La idea es convertir el azúcar en etanol y exportarlo a Europa para su uso como biocombustible y se dice que la producción se pone en marcha este año. Addax logró convencer a varias agencias de gobiernos europeos como la agencia SwedFund y FMO (Entreprenurial Development Bank), los bancos de desarrollo con fines de lucro de Suecia y Holanda respectivamente, para que se convirtieran en socios financieros del proyecto. El Banco Europeo de Inversiones, por otro lado, declinó siquiera considerar la invitación. ¿Por qué? Porque el Banco Europeo estaba preocupado de que el proyecto podría no satisfacer sus criterios acerca del ambiente, la sustentabilidad y la gobernanza. ¿Cómo es que el banco de la Unión Europea trabaja con estándares de inversión que son diferentes a los de sus propios miembros, tales como Suecia u Holanda? ¿En cuáles estándares, se supone, debemos confiar?

Algo en qué pensar

El qué hacer con el acaparamiento de tierras ha llevado a las autoridades públicas y a los líderes empresariales a un conveniente callejón sin salida. Por un lado, hay gobiernos y agencias internacionales tratando de establecer estándares para la inversión en tierras acordados de manera global y que serán voluntarios. Por otro lado, el sector corporativo está estableciendo sus propios estándares para las inversiones en tierras, que también son voluntarios, pero parecen responder a las necesidades internas de las corporaciones. ¿Se puede disciplinar el acaparamiento de tierras con estas iniciativas? Casi que nada, lo único que se logra es mantener el status quo. Es de suponerse que éste es el objetivo de los que están involucrados.

Gran parte de la urgencia por regular estos negocios se reduce a palabras, específicamente con el intento de diferenciar "acaparamientos de tierra" de "inversión", y así establecer no sólo la legalidad de estos negocios agrarios a gran escala, sino también su legitimidad. "Una gran cantidad de nuestros signatarios no entiende cuando se habla acerca de acaparamiento de tierra", nos indicó un representante de los PRI de Naciones Unidas.21 Para los inversionistas, puede no haber acaparamiento de tierras si las leyes son respetadas y se firman contratos. Lo que ellos no ven es que el término se refiere a un problema político, relacionado con los intereses, los derechos, las posiciones o puntos de vista de las personas y pueblos que son ignorados, sin importar cuán legal o informado pueda parecer el proceso de negociación o acuerdo final. Por ejemplo, una compañía puede darse la molestia de consultar al jefe de un poblado o al líder de la comunidad, pero ese jefe puede no representar el interés de las mujeres o niños en dicha comunidad.

También hay una injusticia temporal inherente. Mucho de estos negocios de tierras fueron firmados por un periodo de tiempo muy largo (entre 30 y 99 años), cambiando el destino de los miembros de las comunidades por hasta tres generaciones futuras. Cualquier transacción que comprometa grandes áreas de tierras rurales para las actividades de otros, es quitarle esa tierra a mucha gente e impedir muchos de sus posibles usos. Por eso son, para todas las intenciones y propósitos, acaparamientos de tierra.

Más aún, aunque el sector privado intenta distinguir los negocios realizados abiertamente (que quisieran que les fueran reconocidos como inversiones de "buena fe") de otros menos respetables (los cuales pueden continuar llevando el estigma de "acaparamiento de tierra"), muchos de estos negocios de tierras no son inversiones y no merecen la etiqueta de "inversión", sin importar cuán aceptable o responsable o de buena fe. Muy a menudo los negocios son especulativos; las tierras no son acondicionadas o puestas en producción, sino que simplemente se venden después de varios años.22 Otros contratos se hacen con el propósito de obtener rentas.23 El objetivo en estos casos es sacar renta financiera, no desarrollar las capacidades productivas de la tierra ni generar riqueza en la comunidad, lo cual implica una serie de costos adicionales. Si el modelo de negocios es maximizar las ganancias, entonces se deduce que los costos —incluidos los salarios, los derechos a la tierra y al agua etcétera— serán presionados a la baja tanto como sea posible. Esto no es inversión en ningún sentido socialmente positivo.

Recuadro 5: Pseudo inversión

Dando cuenta sobre la situación en Indonesia, John McCarthy de la Universidad Nacional de Australia describe de esta forma lo que está ocurriendo: "En muchos casos, a pesar de las disposiciones legales, la tierra es adquirida sin la intención de usarla para los propósitos descritos en la licencia de desarrollo. Muchas son 'adquisiciones virtuales', que permiten al inversionista conseguir subsidios, obtener préstamos bancarios usando las licencias por la tierra como garantía, extraer madera o especular sobre futuros aumentos en el valor de la tierra sin desarrollarla. Por ejemplo, agencias estatales han estado concediendo licencias para plantaciones de palma aceitera por sobre 26 millones de hectáreas de tierra. Sin embargo, las 33 grandes corporaciones de palma aceitera de Indonesia sólo tienen planificado plantar alrededor de 300 mil-400 mil hectáreas adicionales de palma aceitera cada año."24

El problema más importante de los esfuerzos por definir reglas para la inversión responsable en tierras agrícolas, es que las reglas están siempre haciendo que el proyecto funcione para el inversionista. Las comunidades locales, los suelos, las cuencas, los mercados de trabajo local e incluso la situación de seguridad alimentaria para el país anfitrión, se manejan como factores de riesgo que necesitan ser mitigados. El objetivo es manejar los costos, incluyendo aquellos relacionados con los riesgos de reputación, para asegurar una ganancia aceptable. Las reglas para la inversión responsable en tierras agrícolas son, por lo tanto, para el inversionista. El preocuparse de las consecuencias para los habitantes locales se convierte en otro costo de hacer negocios, pero también en una fuente adicional de ganancias.

La credibilidad de la "inversión socialmente responsable" en tierras agrícolas en el mundo es extremadamente frágil, en el mejor de los casos. Los que trabajan por ella parecen vivir en su propio mundo autorreferente y pueden no tener un impacto real, lo que no es sorprendente. Otros sectores, donde esto se ha intentado —el algodón sustentable, la soja sustentable, el aceite de palma responsable, la madera responsable, los bancos responsables y otros, tienen un historial repleto de manchas. 25

La esclavitud no se regula. Se declara ilegal. De la misma manera, cualquier enfoque serio para luchar contra el hambre y la pobreza requiere garantizarle a los pueblos el control sobre sus tierras y territorios, no directrices y reglas sobre qué puedan hacer las corporaciones y los inversionistas extranjeros para trabajar para sí mismos. Lo que necesitamos no es inversión responsable en tierras agrícolas, sino restitución. Por esto queremos decir que en vez de tratar de hacer funcionar esta nueva tendencia de financializar la tierra agrícola, se necesita detener estos negocios y revertirlos, restituyendo las tierras a las comunidades que vivían de ellas. Y en lugar de promover el crecimiento de la agricultura industrial, necesitamos fortalecer, en todo el mundo, el enfoque de la soberanía alimentaria, basada en las comunidades y en cada familia. Se están desarrollando iniciativas en estas direcciones, intentando detener los flujos de capitales dirigidos hacia firmas con historial de acaparamiento de tierra o hacia fondos establecidos específicamente para traficar con los derechos agrarios, junto con trabajo de educación y presión política para apoyar sistemas de agricultura comunitaria, familiar, de pequeña escala y mercados locales. Aunque es una batalla inmensa y cuesta arriba, está claro que necesitamos detener el financiamiento de los acaparamientos de tierras, en vez de intentar hacerlos responsables.

 

Más información

 

Siglas

APEC. Asia Pacific Economic Cooperation (Cooperación Económica Asia Pacífico)
CFS. Comité de Seguridad Alimentaria Mundial
CSM. Mecanismo de la Sociedad Civil (CFS)
FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
FIDA. Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola
G8. Grupo de los 8
G20. Grupo de los 20
iar. inversión agrícola responsable (como se discute en el CFS)
IAR. Inversión Agrícola Responsable (en mayúsculas, se refiere a los 7 principios patrocinados por el Banco Mundial, FAO, FIDA y UNCTAD)
IFC. Corporación Financiera Internacional (Banco Mundial)
LIBOR. London Inter Bank Offered Rate —Tasa Interbancaria Ofrecida en Londres
OGM. Organismo genéticamente modificado
OMGI. Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (Banco Mundial)
OCDE. Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico
PRI. Principios para la Inversión Responsable (ONU)
RSE. Responsabilidad Social Empresarial
TIAA-CREF. Teachers Insurance and Annuity Association/College Retirement Equities Fund (EUA). Seguro de Profesores y Asociación de Renta Vitalicia/ Fondo de retiro de renta variable universitario
UE. Unión Europea
UNCTAD. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

 

1 Los principales ejemplos son: Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay en América Latina; Australia y Nueva Zelandia en Asia-Pacífico; y la República Democrática del Congo en África. Ver algo de la discusión en UNCTAD, "World Investment Report 2012", Ginebra, julio 2012, pp 79-80, http://www.unctad-docs.org/UNCTAD-WIR2012-Full-en.pdf

2 Esta visión inicial del Banco puede verse en la presentación de John Lamb a la Conferencia Regional de Agronegocios, Comercio e Inversiones de Asia del Este y del Pacífico, organizada por el Banco Mundial en conjunto con la Corporación Financiera Internacional en julio de 2009: http://siteresources.worldbank.org/INTEAPREGTOPRURDEV/Resources/JohnLamb2.pdf. En relación a la certificación o sello, vale la pena mencionar que los bancos e instituciones francesas también han presionado por un sello para distinguir las inversiones en tierra de los acaparamientos. Ver el informe "Sales of agricultural assets to foreign investors in developing countries" ("Venta de activos agrícolas a inversionistas extranjeros en países en desarrollo"), Strategic Analysis Centre, Oficina del Primer Ministro, Paris, 29 de julio de 2010. http://www.strategie.gouv.fr/en/content/report-sales-agricultural-assets-foreign-investors-developing-countries

3 Los principios pueden ser verse aquí: http://unctad.org/en/Pages/DIAE/G-20/PRAI.aspx

4 En palabras de los funcionarios del Banco Mundial en su tan esperado libro sobre el acaparamiento de tierras, "Observadores hicieron notar que aún se debía realizar una amplia consulta sobre estos principios." Klaus Deininger y Derek Byerlee, et al. "Rising global interest in farmland" ("Creciente interés global en tierras agrícolas"). Banco Mundial, Washington DC, 2011, p.3. http://siteresources.worldbank.org/DEC/Resources/Rising-Global-Interest-in-Farmland.pdf

5 Los detalles en el párrafo provienen principalmente de comunicaciones personales con Grahame Dixie el 25 de febrero de 2012, confirmadas por comunicaciones adicionales con Hafiz Mirza el 5 de junio de 2012 y miembros del Mecanismo de la Sociedad Civil en la CFS en mayo y junio de 2012.

6 Gráfica sacado de Brian Baldwin (FIDA), "Principles for Responsible Agricultural Investments that Respect Rights, Livelihoods and Resources (PRAI)" ("Principios para la Inversión Responsable en Agricultura que Respete los Derechos, Formas de Vida y Recursos"), presentación a nombre de PRAI Inter-Agency Working Group (IAWG- CNUCED, Banco Mundial, FIDA, FAO), Taller del Comité de Seguridad Alimentaria, Roma, 2 de julio 2012, http://www.csm4cfs.org/files/SottoPagine/61/synthesis_rai_wkshop_2july_es(1).pdf

7 Grahame Dixie, Banco Mundial, "Responsible investments in agriculture: what do we know, what are we learning and what to do about it," ("Inversión responsable en agricultura: qué sabemos, qué estamos aprendiendo y qué hacer al respecto"). Presentación ante la conferencia Global Ag Investing Asia, Singapur, 5-7 diciembre de 2011. http://www.cvent.com/events/global-aginvesting-asia-2011/custom-21-489ef1acfc6a4521b447a6756eb47235.aspx

8 Una serie de organizaciones y periodistas han estado documentando la participación del Banco en los negocios de acaparamiento de tierras. En 2012, Amigos de la Tierra Internacional publicó un importante informe acerca de lo que está pasando en Uganda: http://www.foei.org/en/media/archive/2012/new-report-uncovers-world-bank-funded-land-grab-in-uganda. Un caso clásico de la participación de la OMGI es el proyecto de Neil Crowder en Zambia, como lo muestra el BBC World Service aquí: http://farmlandgrab.org/post/view/20224. En 2011, el Oakland Institute produjo varios informes sobre el tema, resumidos por el Bretton Woods Project aquí: http://www.brettonwoodsproject.org/art-568890. El Bretton Woods Project publicó un resumen más reciente en 2012, disponible aquí: http://www.brettonwoodsproject.org/art.shtml?x=570912. El sitio web acaparamientodetierras.org, publicado por GRAIN, le sigue la pista a todo este material en una sección especialmente dedicada a ello: http://farmlandgrab.org/cat/show/88.

10 Ver Silas Kpanan'ayoung Siakor y Rachael S. Knight, "A Nobel Laureate's problem at home" (Un problema en casa de un Premio Nobel"), New York Times, 20 de enero de 2012. http://www.nytimes.com/2012/01/21/opinion/in-liberia-a-nobel-laureates-problem.html

11 Documentos que registran este proceso están disponibles en el sitio web del Mecanismo de la Sociedad Civil del CFS: http://www.csm4cfs.org/policy_working_groups-6/agricultural_investment-7/

12 Un listado básico fue preparado por la UNCTAD para el taller del 2 de julio de 2012 en la FAO en Roma: http://www.csm4cfs.org/files/Pagine/7/background_doc_rai_final.pdf

13 La terminología puede ser desconcertante para los neófitos. En primer lugar, hay una inversión dirigida éticamente (ETI). Esto da lugar a la inversión socialmente responsable (SRI). Hoy día, la atención está puesta en temas del ambiente, sustentabilidad y gobierno corporativo (ESG). En todos los casos, estamos hablando de pasar un filtro sobre las inversiones en términos de su impacto sobre el ambiente, respeto por las leyes laborales y los derechos humanos. A veces este filtro es negativo para impedir algo. A veces es positivo, como cuando las compañías se embarcan en proyectos sociales para ayudar a las comunidades en áreas afectadas por la inversión. En algunos casos, el criterio aplica sólo para la inversión, no para el inversionista. Y así sucesivamente.

14 TIAA-CREF, "2012 Socially Responsible Investing Report" ("Informe sobre Inversión Socialmente Responsable"), julio de 2012. http://www.tiaa-cref.org/public/sri2012/index.html

 

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