Así es cómo se venden las islas, un ejemplo claro y concreto
La casa de mi tía | 12 de Junio de 2025  

Así es cómo se venden las islas, un ejemplo claro y concreto
Por Asocición Kooperativa La Cernícala

En una entrevista reciente, Alberto Paz Hernández, Consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca, Bienestar Animal y Soberanía Alimentaria del Cabildo de La Palma, celebra con entusiasmo la llegada de inversores de Emiratos Árabes Unidos, dispuestos a comprar tierras y productos agrícolas en la isla.

Además de la falta de información y transparencia de este proceso administrativo por parte de la Consejería de Agricultura, según podemos escuchar en los medios de comunicación, se ha facilitado a una empresa multinacional con sede en Abu Dhabi, un borrador con un listado de terrenos susceptibles de ser cultivados. 

Desde la Asociación Kooperativa La Cernícala condenamos toda intención política de malvender el territorio a inversores extranjeros.  Para nosotras, palmeras y agricultoras autónomas, el acceso a la tierra para uso agrícola ha sido un reto. Comprar un terreno es tarea difícil o inalcanzable para la mayoría de las personas que habitamos la isla, los arrendamientos no son sencillos, así como tampoco lo es la recuperación de terrenos en situación de abandono.  A nosotras nunca se nos facilitó ese listado por parte de la Administración. Y nuestra apuesta por la agricultura es decidida, es nuestra herramienta y nuestro empeño por defender el territorio y la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria no se trata de un concepto bonito, sino que tiene que ver con la práctica real y con la acción. 

Resulta paradójico, cuando no indignante, que quien tiene la responsabilidad de garantizar la soberanía alimentaria en un territorio que importa el 90% de sus alimentos busque soluciones a la comercialización del producto local fuera de las islas, facilitando la exportación de recursos vitales en lugar de fortalecer la producción y el consumo local más sencillo y beneficioso social y económicamente.

1. Quiere exportar no solo producto, sino tierra, agua y futuro

No se trata solo de vender plátanos a miles de kilómetros de distancia. Se trata de un modelo que entrega tierras y agua, ambas escasas y disputadas, a una multinacional extranjera, mientras los agricultores locales luchan por acceder a ellas. El consejero justifica el acuerdo argumentando que "ellos [Emiratos] no pueden producir", pero la pregunta es: ¿y nosotros? ¿Cuánto producimos de lo que consumimos?

En un archipiélago donde la dependencia del exterior es un riesgo muy importante, priorizar la exportación sobre el abastecimiento local es una irresponsabilidad. Mientras el Cabildo se enorgullece de garantizar "60 céntimos por kilo" al agricultor —el mínimo para que le sea rentable—, se ignora el coste real: agua malgastada, tierra acaparada y una economía que sigue atada a monocultivos vulnerables como el del plátano.

2. Lo más preocupante es el tono de sumisión: el consejero habla como si el interés de una empresa emiratí fuera un halago, un "reconocimiento" a La Palma. No lo es. Es puro extractivismo: vienen por nuestros recursos, no por solidaridad. Mientras, los productores locales ven cómo se les cierran las puertas de un mercado local ahogado por las importaciones de productos agrícolas extranjeros.

3. Y todo esto, en un contexto de crisis climática, donde el agua es un bien cada vez más escaso. ¿De verdad podemos permitirnos exportarla en forma de plátanos, mientras compramos leche de España y tomates de Marruecos?

4. Soberanía alimentaria: de las palabras a los hechos

Si de verdad se quiere defender la soberanía alimentaria, las prioridades deberían ser:

  1.  Facilitar el acceso a la tierra al sector primario palmero, limitando su acaparamiento por grandes corporaciones, evitando su abandono y creando un banco de tierra pública a la que pueda acceder el sector.

  2.  Facilitar la conversión de cultivos a ecológico, mejorando la calidad del producto y proveyendo el mercado local con productos sanos y respetuosos con el medio ambiente.

  3.  Fomentar canales cortos de comercialización, asegurando precios justos sin intermediarios especuladores.

La alegría del consejero muestra, además, una fuerte mentalidad del colonizado, celebrando que una empresa de un país a 7000 mil kilómetros haya puesto sus ojos en La Palma, como si eso fuera motivo para sentirse mejor y ponerse en valor: “Esto son palabras mayores, hay gente que selecciona mucho donde va, y más estos altos cargos”. No, señor Alberto, esta gente viene aquí a hacer negocio para ellos, a especular con un sector que debería ganarse la vida de manera digna mientras nos dan la soberanía alimentaria que necesitamos, no a quedarse una tierra y un agua a la que los y las agricultoras locales no pueden acceder.

No necesitamos que multinacionales extranjeras nos "salven", mucho menos de dictaduras que machacan los derechos humanos día a día. La empresa mencionada por el Consejero en los medios de comunicación y con quien verbaliza mantener líneas de negocio, Al Dahra Agricultural Company, es una empresa agroindustrial que se centra en la producción de alimentos para animales y humanos, teniendo una presencia activa en Israel, Estado genocida que incumple el Derecho Internacional con total impunidad, dicho sea de paso.

Necesitamos políticas públicas valientes que pongan al sector y al territorio por encima del negocio. La soberanía alimentaria no es un eslogan: es la única manera de evitar que las islas sigan vendiéndose al mejor postor, gota a gota, fanega a fanega.

Basta de malvender lo nuestro. La tierra no se exporta, la tierra es una herramienta para la dignidad y la soberanía alimentaria.

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La casa de mi tía https://www.lacasademitia.es/articulo/economia/canarias-asi-es-como-venden-islas-ejemplo-claro-concreto-asociacion-kooperativa-cernicala/20250612082359172618.html