“La Región de Magallanes es la más afectada por la sequía en Chile. No es la zona central, no es la región de las paltas. Es Magallanes. Y el problema es que es una tragedia silenciosa”.
Con estas palabras, Manuel Sanhueza, director general de Respira Patagonia, expuso la gravedad de la desertificación que afecta a la región y la importancia de este vasto y ambicioso proyecto privado, que busca revertirlo a través de una intervención extensiva en las praderas de Magallanes.
La desertificación de la pradera magallánica es una realidad que el destacado científico regional, Nicolo Giglo, nominado al Blue Planet Global Prize, advirtió hace años, al señalarla como el mayor problema ambiental de la región.
Sanhueza, quien participó en el programa “Las cosas por su Nombre”, expresó que la degradación de los suelos y la pérdida de agua superficial no sólo afectan a la ganadería regional, sino también el turismo y la biodiversidad. “Si no hacemos nada, el panorama es bastante desolador”, indicó.
Es así que lugares emblemáticos como Laguna Blanca han sufrido daños severos, evidenciando la necesidad de una acción inmediata. “Hace algunos años se decía que la Patagonia americana sería el gran bastión contra el cambio climático, pero hoy es todo lo contrario. Es una de las más afectadas”, indicó.
Según explicó Manuel Sanhueza, director general del proyecto, Respira Patagonia busca revertir esta situación mediante la restauración de praderas y ecosistemas degradados. Su enfoque se basa en soluciones naturales para la acción climática, utilizando el mercado de bonos de carbono como herramienta de financiamiento. A través de este mecanismo, grandes empresas y países adheridos al Acuerdo de París pueden compensar sus emisiones, canalizando recursos hacia la regeneración de suelos en Magallanes. “Éste es el primer gran caso de ganadería regenerativa en Chile. No estamos inventando la rueda. Sudáfrica fue pionero, Argentina ya trabaja en esto, y ahora es el turno de Magallanes”, indicó.
Sanhueza destaca, especialmente, que el proyecto cuenta con el respaldo de expertos nacionales e internacionales, incluyendo especialistas de España e Italia, quienes han desarrollado metodologías avanzadas para la recuperación de tierras afectadas por la desertificación. Además, Respira Patagonia no requiere inversión por parte de los ganaderos, quienes pueden participar del proyecto sin costos asociados.
Metas ambiciosas
En una primera etapa, esperan restaurar 350.000 hectáreas, impactando directamente la restauración de suelos degradados. Se ha comenzado con la invitación a participar a 16 ganaderos, aunque la demanda por sumarse al proyecto es alta, y se espera que en los próximos cinco años la superficie trabajada alcance las 700.000 hectáreas.
“Es un proyecto ambicioso, pero absolutamente posible. Hay casos de éxito en otras partes del mundo”, se enfatizó.
A largo plazo, explicó, el proyecto tiene una visión aún más ambiciosa: abarcar 1.200.000 hectáreas de suelos altamente degradados y desertificados, tanto en el continente como en Tierra del Fuego, en un plazo de 20 años. Esto lo convierte en el proyecto de carbono más grande en la historia de Chile, superando ampliamente otras iniciativas forestales y posicionándose entre los cinco proyectos más grandes de América en términos de emisión de créditos de carbono, “Por superficie, por impacto esperado, este es el proyecto de carbono más grande en la historia de Chile”, destacó Sanhueza.